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lunes, 25 de agosto de 2014

Adicciones en el trabajo

La dependencia de ciertas sustancias constituye, en sí misma, un riesgo para cualquier persona, pero en el ámbito laboral puede afectar directamente a terceros.


Toda adicción es una problemática que afecta distintos estratos de la sociedad. Una persona adicta expresa su dependencia en todos los aspectos de la vida, y el ámbito laboral no está exento de esto. Pero el peligro radica en que, en ciertos trabajos, la disminución de las capacidades afecta seriamente no sólo al empleado sino también a otras personas del entorno o incluso a verdaderos desconocidos.

Consultado el jefe del Servicio de Toxicología del Hospital de Clínicas,  Eduardo Scarlato*, afirmó que "al igual que en otros ámbitos de la sociedad,  no existe una fórmula única para descubrir en el trabajo a una persona adicta".
"Esto se debe a que existen estimulantes que están "socialmente aceptados",  siempre bajo ciertos parámetros (la edad, la periodicidad y la situación específica), como el cigarrillo o el alcohol.

Dentro de las drogas de curso "legal" están los psicofármacos, como por ejemplo los ansiolíticos. Según Scarlato, su consumo "es importante en el ámbito laboral, y sucede que no suele ser tenido en cuenta por los compañeros" como peligroso. Muchas personas dependen de ellos en forma crónica, y por lo general se automedican. "Se muestran nerviosos, no duermen si no las tienen. Pero es difícil ver en ellos a un adicto", agregó el especialista.

El trabajo, ¿empuja a la adicción?


En principio, Scarlato afirmó que debe distinguirse entre lo que es el uso de una determinada sustancia de lo que son el abuso y la dependencia.

"El uso -explicó- se da cuando hay un estímulo determinado, por ejemplo, la ingesta de algún psicofármaco para poder mantenerse toda una noche despierto antes de dar un examen". En tanto, se incurre en abuso "cuando, ante la misma situación, se consumen dos o más sustancias, o cuando se toma la misma frente distintos estímulos". "La dependencia ?finalizó- se da cuando el consumo no necesita de un estímulo externo, sino que el organismo y la psiquis lo piden".

Teniendo en cuenta esta diferencia, y la consecuente posibilidad de que existan distintos tipos de adictos, se pueden enumerar las circunstancias que empujan al consumo dentro del ámbito laboral. Por ejemplo, la presión que ejercen los jefes, la necesidad de mantenerse más horas despierto o el incentivo de la creatividad. "El problema -marcó Scarlato- es que el efecto acompaña al trabajador a todas partes", incluso fuera de la empresa.

Y, obviamente, los mayores inconvenientes se generan cuando el adicto realiza trabajos que involucran a terceros o podrían dañarlos en caso de accidente, "como conducir un colectivo o manejar una grúa", señaló el especialista.

Cómo ayudar a un compañero de trabajo adicto

"Al igual que en cualquier ámbito de nuestra sociedad, los congéneres deben tener un compromiso social con el enfermo", afirmó Scarlato. En ese sentido, recomendó tanto la ayuda profesional como la contención social (brindada por la familia, el entorno, los grupos de autoayuda,
etcétera).

Por otra parte, es más factible que las empresas que cuentan con un Departamento de Medicina Laboral o un área semejante sean las que estén más preparadas para descubrir este tipo de patologías. Sin embargo, también hay otras formas de dar con la adicción. "Puede ser que sea el propio trabajador el que se acerque al médico, como también puede pasar que la compañía detecte la problemática e intente ayudar", señaló el especialista.

De todas formas, siempre hay que recordar que las autoridades de toda empresa son las responsables no sólo de lo estrictamente laboral sino también de bregar por la salud de sus propios empleados.

* Eduardo Scarlato es médico, jefe del Servicio de Toxicología del Hospital de Clínicas, y docente titular a cargo de la Tercera Cátedra de Toxicología de la Facultad de Medicina de la Universidad de Buenos Aires (UBA)

Fuente: http://hombres.siuxy.com/Hombres-articulo.aspx?numero=150648&titulo=Adicciones-en-el-trabajo

miércoles, 15 de junio de 2011

ENTRA EN VIGENCIA LA LEY NACIONAL ANTITABACO


A partir de hoy, 15 de junio de 2011, sólo se puede fumar en las casas o en espacios abiertos. En los lugares de trabajo también está vedado el humo. La ley rige en todo el país. A partir de hoy quedan libres de humo de tabaco todos los lugares de trabajo, sitios cerrados de acceso público, instituciones educativas, espacios culturales y deportivos, y medios de transporte de todo el país. Con la promulgación de la ley antitabaco, los bares y restaurantes de la ciudad de Buenos Aires ya no podrán permitir que se fume en los espacios cerrados para ese fin: la norma local lo había autorizado hasta el 31 de diciembre, pero la nueva ley nacional lo impone desde hoy. La misma situación ocurre en la provincia de Buenos Aires que, por ejemplo, exceptuaba de la prohibición de fumar a las personas que se encontraban en salas de juego. En Mendoza y Entre Ríos, las gobernaciones, que también tenían reparos con casinos y bingos, anunciaron que acatarán de forma rápida la nueva ley federal. “Todas las provincias se tienen que adaptar a esta ley”, remarcó el senador Daniel Filmus, autor del proyecto de la ley 26.687, publicada ayer en el Boletín Oficial.
Según dispone el artículo 23, ya no se podrá fumar en los lugares de trabajo cerrados protegidos por la ley de Higiene y Seguridad del Trabajo. Es decir que en todo el país “todos los ambientes de trabajo tienen que adecuarse” a esta norma, y ese cumplimiento “es obligación de los empleadores”, hizo hincapié Mario Virgolini, director del Programa de Control de Tabaco del Ministerio de Salud de la Nación. “Hay que aclarar que no se contempla crear un área para fumar en los ámbitos laborales. Ya está científicamente demostrado que la separación no sirve porque los tóxicos pasan de ambiente”, enfatizó Verónica Schoj, directora ejecutiva de la Fundación Interamericana del Corazón Argentina. Y justificó la necesidad de implementar a rajatabla la norma en que “una de cada siete muertes del ámbito laboral son por exposición al humo de tabaco ajeno”
En este caso, según marca la ley, sólo hay excepción para “lugares de trabajo cerrados privados sin atención al público y sin empleado que cumplan funciones en esa misma dependencia”. Por ejemplo, sería el caso de una oficina en la que un individuo trabaje completamente solo sin intercambio en ese espacio físico con otras personas. Además, quedan sin protecciones las personas que ejerzan algún empleo en una vivienda o propiedad particular, como es el caso de las empleadas domésticas u obreros que realicen tareas en un casa. A pesar del interés de algunos legisladores en avanzar sobre el pleno ejercicio de este derecho de esos trabajadores, Filmus aclaró que “no hubo forma de resolverlo”. “Es un tema complejo y entraría en contradicción con la Constitución”, añadió. Hasta tanto se habilite la línea telefónica y el correo electrónico del Ministerio de Salud, contemplados en el artículo 26, que recibirán las denuncias por el incumplimiento de la nueva norma, Virgolini sugirió apelar siempre “en primera instancia a la vía administrativas, dentro de la jurisdicción en la que se encuentra el denunciante”. Normalmente existen “oficinas en los ministerios de salud locales o hay entes de regulación específicos”. Pero también, el funcionario recomendó como otra opción posible “recurrir a las defensorías del pueblo”.
Otros puntos de la 26.687, como la prohibición de publicidades y promociones de productos elaborados con tabaco, tendrán “seis meses de plazo para que entren en vigencia”, indicó Schoj. Mientras que las advertencias sanitarias acompañadas de imágenes que deberán contener las marquillas tardarán un año en aplicarse, “debido a que hay stocks de cajas fabricadas y el Ministerio de Salud deberá definir los mensajes a difundir”, explicó la integrante de Aliar. En tanto que en 180 días deberá estar la reglamentación de la norma en la que, entre otras cuestiones, sostuvo Virgolini, “se determinará cómo se van a ejercer los controles”.
En este nuevo marco, en la ciudad de Buenos Aires deberá reverse la cláusula transitoria de la ley 3.718, promulgada el 30 de diciembre de 2010. Aunque tiene similitud con la nueva ley nacional, en el texto porteño se dio un plazo de 360 días desde la promulgación para que los “espacios cerrados del ámbito privado” que cuenten con áreas para fumadores eliminen esa situación. Por su parte, la provincia de Buenos Aires permite en la ley 13.894 fumar, por ejemplo, en salas de entretenimiento de superficie mayor a los 400 metros cuadrados, centros de salud mental o centros de detención, por lo que también deberá modificar lo hasta ahora dispuesto.
Como síntesis del alcance de esta norma, Virgolini expuso que esta ley “tiene un objetivo de salud, pero que a su vez contiene vinculación con el cuidado del ambiente, la seguridad e higiene del trabajo, la publicdad”. Debe comprenderse que “el estado de la salud es el resultado de múltiples factores”.
Informe: Leonardo Rossi.