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lunes, 3 de octubre de 2011

ARGENTINA: MAQUINISTAS DE TREN


Víctimas olvidadas. En la Argentina los maquinistas de tren protagonizan una triste estadística. Atropellan y matan a decenas de personas a lo largo de su vida laboral por accidentes y suicidios. Por eso el gremio que los agrupa reclama que el estrés postraumático que les provocan estas situaciones sea reconocido como una "enfermedad profesional".

"¿Ves aquella persona? Está cruzando y no miró ni se fijó si venía el tren. Cruzó sin mirar", relata un maquinista, mientras cumple con su trabajo.

Así es la vida cotidiana de los conductores de trenes en la Argentina, especialmente en Buenos Aires y sus alrededores. Constantemente se enfrentan a la dramática situación de estar al borde de atropellar a un peatón o a un vehículo. La imprudencia ajena y también los suicidios los han convertido en lo que el gremio de conductores ha definido como "los verdugos inocentes".

"En 30 años de servicio arrollamos aproximadamente un promedio general de 30 personas, hasta que nos jubilamos. Ya algunas veces esto se nos hace normal. Esto es de todo los días", dice el secretario general del Sindicato La Fraternidad, Omar Maturano.

Cualquier conductor de estos vehículos puede dar testimonio de lo que significa el momento en el que se da cuenta de que inevitablemente va a matar a alguien. Tener que resignarse ante la imposibilidad de frenar una máquina que viaja a 70 u 80 kilómetros por hora con más de 1.000 personas a bordo.

"Estamos remolcando entre 500 y 700 toneladas y es muy difícil frenar el tren en milésimas de segundo. Así que la impotencia que uno siente en ese momento es inexplicable", dice el maquinista Juan Collavino.

Collavino recuerda su primer suceso cuando atropelló a dos niños de dos y cuatro años que cruzaban descuidadamente las vías.

"Desgraciadamente no pudimos evitar el accidente. Los vimos a los pibes, tocamos bocina, todo; hicimos lo imposible, pero el accidente se produjo. Así que se me había hecho que había matado a un hijo. Tuve un par de días sin poder dormir, sin poder conciliar el sueño. Y ni siquiera tenía ganas de trabajar", recuerda.

Los ferroviarios de todo el mundo se ven expuestos a este tipo de situaciones. Pero la capital argentina y sus cercanías cuentan con una red de siete líneas y más de 800 kilómetros, con pasos a nivel y barreras, en una de ciudad densamente poblada. Esto eleva la frecuencia de los siniestros. De hecho, la cantidad de muertes por accidente en vías férreas duplica en Buenos Aires al número de suicidios.

Recientemente, once personas perdieron la vida cuando un ómnibus de pasajeros cruzó un paso a nivel que tenía la barrera baja.

El Gobierno ha anunciado en varias oportunidades el soterramiento de esa y otras líneas que atraviesan populosas zonas de la capital argentina. Pero se trata de proyectos muy complejos y costosos que siguen demorados.

Mientras aguardan la concreción de estas obras, el reclamo más inmediato de los maquinistas es que el estrés postraumático pueda ser considerado una "enfermedad profesional", que les permita obtener una pensión por discapacidad a aquellos trabajadores que no están en condiciones de retomar sus tareas.

"Los síntomas pueden ser trastornos de la alimentación, trastornos del sueño, trastornos de la sexualidad. Ahora, cuando es a lo largo de la vida de trabajo va generando daño en los grandes órganos, básicamente lo que produce es enfermedades cardíacas", explica Pablo Garaño, de la Red de Riesgo Psicolaboral.

Los síntomas varían de una persona a otra. Pero los especialistas coinciden en que, lejos de endurecerlos, la suma de arrollamientos convierte a los conductores de tren en gente cada vez más frágil, psicológicamente vulnerable.

Cuando un tren atropella a un peatón o a un vehículo, el maquinista suele ser uno de los protagonistas olvidados. Si no tiene daños físicos, ni siquiera es contabilizado entre las víctimas.

Mientras tanto, la persona que transporta a miles de pasajeros convive con el temor permanente de que cada día puede volver a ser un “verdugo inocente”.

jueves, 1 de septiembre de 2011

El Estrés: Causa de Riesgo Laboral


Él ESTRÉS - CÓMO MANEJARNOS PARA NO SUCUMBIR

Comencemos tratando de definir qué se entiende por estrés. Este término dentro del campo técnico y haciendo la traducción del inglés designa a " una fuerza que provoca una deformación en los cuerpos". Aplicado en medicina o biología es " el proceso o mecanismo general con el cual el organismo mantiene su equilibrio interno, adaptándose a las exigencias, tensiones e influencias las que se expone en el medio en que se desarrolla." A este proceso o mecanismo general o sistema psiconeuroendocrinológico es el que denominamos ESTRÉS.

Si tomamos la definición de Hans Selye, ESTRÉS es la" RESPUESTA NO ESPECÍFICA DEL ORGANISMO A TODA DEMANDA QUE SE LE HAGA."

Según como se tome la relación que existe entre el organismo y el medio, podríamos definir al estrés según el estímulo, ola respuesta o la relación estímulo-respuesta. Si lo tomamos según el estímulo estrés es la fuerza o justamente estímulo que actúa sobre el individuo y da lugar a una repuesta; si lo tomamos según la respuesta el estrés sería dicha respuesta fisiológica o psicológica de la persona ante un estresor ambiental y por último si analizamos la relación estímulo-respuesta, el estrés surgiría como consecuencia de la interacción entre los estímulos ambientales y la respuesta idiosincrásica del individuo.

La respuesta que da el organismo traerá como consecuencias una serie de cambios físicos, biológicos y hormonales, donde previamente a esos cambios hay una evaluación consciente o inconsciente de los factores estresantes para responder a las demandas externas. O sea que esta respuesta se da a través del complejo sistema psiconeuroendocrinológico.

Otra definición es la dada por la Organización Mundial de la Salud que define al estrés como : "EL CONJUNTO DE REACCIONES FISIOLÓGICAS QUE PREPARAN AL ORGANISMO PARA LA ACCIÓN".
Cuando la respuesta del organismo se da dentro de unos valores normales que consume biológica y físicamente la energía dispuesta por el Sistema General de Adaptación el concepto de estrés puede en ese caso "EUTRÉS" .

Al contrario cuando la respuesta es insuficiente o exagerada en relación con la demanda ya sea en el plano biológico, físico o psicológico y no se consume la energía anteriormente mencionada se produce lo que se conoce como "DISTRÉS".

Si este estado de distrés se mantiene se inicia la fase de ALARMA, sigue la de RESISTENCIA y se arriba a la fase de AGOTAMIENTO con lo que se presenta la ENFERMEDAD DE ADAPTACIÓN O ENFERMEDAD PSICOSOMÁTICA POR DISTRÉS.

Se suelen presentar una serie de síntomas que pueden facilitar su detección, algunos de los cuales pueden ser : mal humor, desinterés, inapetencia y pèrdida de peso, alteraciones del sueño (insomnio, hipersomnia , pesadillas) , agitación, displacer, jaquecas, indiferencia, pérdida de energía, sentimiento de culpa, quejas sobre disminución de la capacidad intelectual, fobias, ideas de muerte o suicidio, etc.

Estos síntomas si no son tomados a tiempo, pueden provocar consecuencias tanto fisiológicas como psicológicas, como podrían ser problemas cardiovasculares y gastrointestinales, como también trastornos del comportamiento que podrían favorecer el desarrollo de accidentes.

Por otro lado, es importante tener encuenta que cualquier cambio tanto positivo como negativo, en la vida de una persona va a provocar un cierto nivel de estrés. Dependerá de la resistencia que posea la persona de que, éste nivel sea o no perjudicial y se transforme en DISTRÉS.

A mediado de la década del setenta dos psiquiatras norteamericanos Richard Rahe y Thomas Holves, encuestaron a más de cinco mil personas y con los datos obtenidos elaboraron una escala de readaptación social, que muestra el grado de estrés donde en el más alto nivel se da ante la pérdida de un hijo o cónyuge siguiendo con el acontecimiento del divorcio. En una posición cercana a este evento aparecen el despido del trabajo, la jubilación, el cambio del nivel económico, la promoción o cambio laboral, etc. etc..

Es interesante hacer notar que situaciones de la vida laboral que deberían cambiar y no se modifican, como por ejemplo recibir una presión constante en un trabajo que no satisface o la falta de un reconocimiento para la tarea realizada, también puede llevar a una persona a un estado de estrés. Estas situaciones pueden atenuarse, si la persona que las sufre cuenta con un entorno que lo comprende, lo apoya, lo escucha atentamente, se solidariza con él y fortalece su autoestima.

Cuando la energía surgida de la reacción del organismo a factores externos o internos, supera el nivel del mismo y no se puede canalizar hacia actividades externas, aparecen contracturas musculares que si persisten llevan al organismo a la fatiga, y como resultado de esta se produce el agotamiento de la energía que en casos extremos podría llevar hasta la muerte a la persona que sufre dicho estado.

Personalmente creo que el ritmo que actualmente llevamos favorece un muchos casos la aparición de un estado de estrés, o sea estar trabajando y no tener reconocimientos ni vislumbrar un futuro promisorio, o no saber si el próximo mes se va a tener trabajo, o no tener trabajo que permita llevar el sustento diario a la familia, son acontecimientos que van a facilitar la aparición de un estado tensional que puede terminar, si la persona no logra poner en marcha una actividad por ejemplo física, en un estado de tensión que seguramente facilitará el disparo de una estresopatía con las consecuencias negativas ya indicadas.

Una de las actividades que permiten combatir el problema del estrés, es practicar ejercicios de relajación, otra es practicar meditación o realizar actividades físicas que permitan descargar el exceso de energía que surge de la reacción del organismo contra las acciones de los estresores externos.

También puede desarrollar ESTRÉS POR UNA FALTA TOTAL DE ACTIVIDAD por ejemplo el caso de personas que se jubilan y pasan de manera repentina de realizar una seire de actividades diarias a no realizar ningún tipo de tareas. Es necesario darse cuenta de que el ser humano a medida que va madurando desde las primeras etapas de su vida va respondiendo a las exigencias del ambiente con un creciente nivel de energía con lo que va estableciendo un permanente equilibrio entre las exigencias externas e internas y sus reacciones, cuando en forma repentina elimina una serie de exigencias sobre las cuales venía reaccionando, que sería el caso de dejar sus actividades laborales, el cerebro necesita contar con determinadas exigencias que ahora no encuentra, por lo que el organismo busca de que se establezca ese equilibrio que venía teniendo, al no hallarlo en acontecimientos externos lo busca en elementos internos, por loq ue suelen aparecer dolencias que logran establecer nuevamente el equilibrio corporal que hasta antes del proceso jubilatorio se había logrado, por lo tanto es muy importante que las personas se planifiquen tareas acorde a sus posibilidades para cuando ingresen en la etapa jubilatoria a los efectos de minimizar las posibilidades de enfermar.

Para ir cerrando el tema el consejo que deseo transmitir para mejorar la calidad de vida y minimizar las posibilidades de que se desarrolle un estado de estrés es iniciar la práctica de algún deporte, o por ejemplo tomar clases de yoga, practicar diferentes métodos de relajación, practicar la meditación o sea iniciarse en una actividad que contrarreste y logre canalizar el exceso de energía surgida por la reacción de nuestro organismo antes los estímulos externos o internos, tanto positivos como negativos.

También es interesante destacar que en este tema del estrés aparece una interrelación entre cerebro y sistema inmunológico que permanentemente se envían mensajes, es decir que si logramos tener estados mentales positivos, esto nos sería de gran ayuda para contrarrestar una situación estresante. Esta posición se ve corroborada en los casos de curación a través de la fé. No obstante la resistencia que hoy en día siguen poniendo a este tipo de solución algunos sectores de la medicina occidental, existen centros de medicina donde se ausculta psicológicamente a todo enfermo no interesando por qué tipo de enfermedad haya ingresado. Recordemos que somos una unidad mente-cuerpo, complejas y apasionantes criaturas en las que cada fenómeno interno produce reacciones de muy difícil apreciación. Los estudios actuales indican que en cada emoción se reúne el extraño fenómeno de vida que se mide en adrenalina o en poemas, en lágrimas , risas, presión arterial o arritmias. Pero de algo se puede estar seguro: el peor enemigo de la salud es el triángulo feroz del mundo moderno : LA ANGUSTIA , EL PESIMISMO Y LA TRISTEZA . Por tanto PENSAR SIEMPRE EN POSITIVO NOS PUEDE SER MUY ÚTIL PARA CONTRARRESTAR TODA CARGA NEGATIVA QUE LA VIDA NOS IMPONGA.´

Ing. F. Saitta (Potenciales Humanos)