viernes, 28 de septiembre de 2012

Efectos de una descarga eléctrica sobre el organismo


Dentro de las distintas magnitudes que caracterizan a la electricidad, se considera a la intensidad de corriente como la principal responsable de los posibles daños que pudiera sufrir una persona en contacto con una corriente eléctrica. El voltaje, que se limita a indicar la diferencia de potencial, es tan solo responsable de los daños en la medida en que de su valor depende el propio amperaje (ley de Ohm). Esto no significa que la intensidad de corriente sea el único factor determinante de los daños sufridos por una descarga eléctrica, ni que, atendiendo solo al amperaje, se pueda hacer un pronóstico definitivo de sus consecuencias. Lo ocurrido en una descarga depende también de otras cuestiones; la resistencia del cuerpo, la humedad del ambiente, el uso de ropa o calzado, el paso de la corriente a través del cuerpo, o si el contacto con aquella ha sido directo o indirecto… y por eso, cada accidente de este tipo puede acabar siendo distinto del resto tan solo por sus posibles variantes. Tal vez, antes de hacer un pronóstico, acabe por ser más ventajoso hacer un examen forense.
A pesar de todo, sí es cierto que, viendo algunas cifras, se pueden predecir también algunos resultados. Se sabe por ejemplo que la cantidad de daño por descarga depende principalmente del tiempo en que se entre en contacto con la corriente. También, la cantidad máxima de voltios considerada inofensiva para las personas es de 50 V. Pero sobre todo, el amperaje es, de todas las magnitudes eléctricas, el mejor indicador a la hora de evaluar las consecuencias en un accidente de naturaleza eléctrica:

enviado desde Canadá: diariodeunexplorador.wordpress.com

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