lunes, 30 de septiembre de 2013

Conclusiones de las 1ª jornadas argentino venezolanas sobre la salud laboral organizadas por la Asociación de Abogados Laboralistas de Rosario.

Entre violencia e injusticia no hay diferencia sustancial u ontológica porque en ambos conceptos subyace el dominio del fuerte sobre el débil". Con este concepto, el presidente de la Asociación de Abogados Laboralistas de Rosario (AALR), Jorge Elizondo, inauguró las primeras jornadas argentino- venezolanas sobre violencia laboral. Con la presencia de letrados de la Asociación Venezolana de Abogados Laboralistas (Aval) y decenas de profesionales locales, en el encuentro se repasó la situación nacional en torno a la problemática de la violencia y salud en el trabajo a través de estudios, normativas y legislación vigente en ambos países sudamericanos. Además, se adelantó la intención de trabajar un derecho laboral del Mercosur.
"La violencia laboral, es una forma de abuso de poder que tiene por finalidad excluir o someter al otro. Puede manifestarse como agresión física, acoso sexual o violencia psicológica, tanto en sentido vertical (del patrón al empleado, ascendente o descendente) como entre pares. Este maltrato puede ejercerse por acción u omisión y tiene efectos directos en la salud el bienestar de las personas que trabajan. Es fundamental entenderlo como una violación a los derechos humanos y laborales", consideró Marisa Fiorillo, miembro de AALR y del Instituto del Derecho del Seguro del Colegio de Abogados.
La letrada profundizó acerca de los factores de riesgo psicosociales (FRPS) que pueden devenir en alteraciones de la salud de los trabajadores, basándose en datos de la primera encuesta nacional de trabajo, empleo, condiciones y medioambiente laboral y salud, realizada en 2009 y publicada en abril de este año por la Superintendencia de Riesgos de Trabajo (SRT).
Según la misma, tres de cada diez trabajadores sufrieron situaciones de violencia laboral y un 25 por ciento manifestó estar expuesto, al menos, a un factor de riesgo derivado de la organización del trabajo, principalmente jornadas de trabajo que no le permiten descansar adecuadamente, sea por extensión, falta de pausas in situ y/o francos, etcétera.
La encuesta se efectuó en base al testimonio de 7.195 trabajadores y trabajadoras, representativos de un universo de 3.432.653 ocupados de sectores registrados en la seguridad social, exceptuando al sector primario y estatal. Si bien la metodología es apropiada y los datos son contundentes, vale resaltar que dejó afuera a parte de los sectores más vulnerables en lo que a relación laboral respecta: los trabajadores en negro, los vinculados a actividades extractivas y quienes tienen de patrón y árbitro al Estado.
Para el análisis, la SRT tomó dos grandes grupos de factores de riesgo: los derivados de la violencia laboral (FRVT), que incluye amenazas de diversa índole, agresiones de jefes, compañeros y personas externas a la empresa, acosos, etcétera; y los derivados de la organización del trabajo (Frot), que abarca lo respectivo a jornadas laborales, capacidad de autonomía en la forma de desarrollar el trabajo y las pausas, si se realiza trabajo nocturno, y otros.
Además, se estableció la categoría de "doble exposición" para aquellos trabajadores que sufren simultáneamente al menos un riesgo de cada uno de los dos grupos mencionados.
El elemento dominante en factores de violencia fue la "agresión del público/clientes/alumnos/pacientes" (19,8 por ciento), que superó ampliamente la "agresión de superiores" (7,4 por ciento). De hecho, sorprendió que un 40 por ciento de los profesionales, se consideraran expuestos al maltrato de personas ajenas al establecimiento. Para la Superintendencia este hecho "tiene estrecha relación con el modo en que se gestiona la organización del proceso de trabajo por parte del empleador. La diagramación del modo en que se vinculan los trabajadores con las personas que no trabajan en el establecimiento es potestad del empleador, pudiendo modificarse".
Divididos por rama de actividad, los sectores más expuestos a FRVT fueron electricidad (37 por ciento), comercio (33 por ciento), servicios sociales (31 por ciento) y transporte (30 por ciento). Si bien en todos prevalece por amplia mayoría la "agresión del público/clientes/etc", en industria y transporte se destacan las amenazas no vinculadas al despido. El sector de comercio muestra más altos niveles de agresión de presidentes y jefes que en el resto de las ramas, pero en materia de amenaza de despido y agresión y presiones de los propios compañeros, el sector industria se destaca sobre los demás.
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Domingo, 29 de septiembre de 2013

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