jueves, 24 de noviembre de 2011

Trabajos por turnos rotativos y trastornos del sueño


Vivimos en una sociedad privada de sueño
por los Dres Daniel P. Cardinali y Daniel Pérez Chada

Tanto estadísticas longitudinales en países del Hemisferio Norte como datos regionales en América Latina indican que en apenas 40-50 años hemos reducido un 25% las horas de sueño. Por ejemplo, en el único estudio llevado a cabo en áreas urbanas de Buenos Aires en el año 2000 se pudo verificar que el 65% de la población, independiente de la edad, reportó haber experimentado trastornos del sueño en los últimos 12 meses; que el 40 % de estos trastornos fueron identificados como moderados a graves, y que ante la pregunta sobre las horas efectivamente dormidas y las deseadas existió un déficit de sueño de unas dos horas diarias [1] .

Un factor contribuyente a esta privación de sueño que sufre la sociedad argentina es la demanda de trabajo nocturno. Las proyecciones mundiales indican que para mediados de este siglo aproximadamente un 50% de la población activa en centros urbanos realizará algunas de las formas de trabajo en turno o extendido. Sin embargo en la elaboración de las normativas sobre el trabajo nocturno sólo superficialmente se ha prestado atención a las consecuencias que la alteración del ritmo vigilia-sueño tiene sobre la fisiología normal de los trabajadores. Inexplicablemente, se toleran condiciones que aseguran que los individuos estén somnolientos y fallen en su labor [2,3] ...

...Es común que se interprete que estar despierto es sinónimo de estar alerta, sin embargo una persona puede estar despierta, pero su sistema biológico puede tener un bajo nivel de alerta y una fuerte tendencia a dormitar si está expuesta a una situación monótona o rutinaria. Otro factor que influye negativamente en la percepción de somnolencia es la limitada capacidad que tiene el ser humano para reconocer precozmente su nivel de alerta y somnolencia. Es decir que una persona puede no sentir sueño, cuando su nivel biológico de alerta es bajo y su tendencia al sueño es alta. Estos factores biológicos eran desconocidos hasta hace pocas décadas y lo que es más importante aún la divulgación de este conocimiento científico a la comunidad es lenta y muchas veces difícil de transmitir.

El trabajo en turnos y el déficit agravado de sueño que produce es de consecuencias nocivas para la salud. Los trabajadores en turnos sufren de una mayor incidencia de enfermedades gastrointestinales y cardiovasculares, están más proclives a diversas patologías como la obesidad y la diabetes de tipo 2 y a los accidentes, presentan una incidencia mayor de conflictos familiares y sociales y su riesgo de muerte es más alto que el de los trabajadores en turnos normales diurnos [4,5] .

Los mayores accidentes industriales y vehiculares de nuestros días pueden vincularse a la utilización de "las máquinas humanas" más allá de sus especificaciones naturales. En nuestro país, y a pesar de la creciente preocupación pública por la seguridad vial, se presta poco interés al hecho de que la influencia del sueño insuficiente es causa en una importante proporción de accidentes vehiculares.

El alerta es el estado activado óptimo del sistema nervioso. Es el alerta el que nos permite tomar decisiones, prestar atención a nuestro medio ambiente, y decidir qué hacer y qué no hacer. Cuando estamos alerta encontramos las soluciones creativas a los problemas que se nos presentan. Los avances recientes en las Neurociencias han ayudado a comprender las bases fisiológicas y psicológicas del estado de alerta, y por lo tanto, han abierto el camino para su modificación con fines de productividad y rendimiento, así como del bienestar del trabajador [6] .

En la actualidad sabemos que fisiológicamente el estar despierto se puede descomponer en dos mecanismos: (a) inducción y mantenimiento de la vigilia; (b) la atención. La inducción y mantenimiento de la vigilia es hoy visto en términos de modulaciones globales del SNC, en particular del sistema tálamo-cortical por parte del hipotálamo posterior y de ciertos núcleos troncales. En cuanto a la atención, se la define como la habilidad que tiene el SNC para poder concentrarse de manera consciente en una actividad determinada. Los sistemas neuronales implicados en la atención incluyen los de la vigilia y en el caso de la atención sostenida (capacidad para concentrarse) se le agregan circuitos que involucran a la memoria de trabajo, como la corteza prefrontal [6] .

Referencias
1. Blanco M, Kriber N, Cardinali DP: Encuesta sobre dificultades del sueño en una población urbana latinoamericana . Revista de Neurología 2004;39:115-119.
2. Folkard S, Lombardi DA, Tucker PT: Shiftwork: safety, sleepiness and sleep. Ind Health 2005;43:20-23.
3. Akerstedt T: Altered sleep/wake patterns and mental performance. Physiology & Behavior 2007;90:209-218.
4. DeMoss C, McGrail M, Jr., Haus E, Crain AL, Asche SE: Health and performance factors in health care shift workers. J Occup Environ Med 2004;46:1278-1281.
5. Kerin A, Aguirre A: Improving health, safety, and profits in extended hours operations (shiftwork). Ind Health 2005;43:201-208.
6. Cardinali DP: Neurociencia Aplicada. Sus Fundamentos. Buenos Aires: Editorial Médica Panamericana, 2007

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