lunes, 24 de octubre de 2011


Anteojos de Seguridad.
La utilización de anteojos de seguridad es de gran importancia para la protección del profesional. Los diferentes tipos de materiales y diseños deben cumplir con las normas de seguridad industrial.
En cualquier actividad laboral la protección de la vista es fundamental. Los anteojos de seguridad son elementos de gran utilidad en la tarea industrial. Si bien muchos profesionales tienden a quitárselos para ganar comodidad en la visión, en los últimos años el uso se ha establecido como obligatorio y contemplado en todas las normas de calidad. Los desarrollos modernos de anteojos de seguridad proporcionan al trabajador una visión óptima, y permiten proteger el entorno ocular de modo que el desarrollo laboral pueda ser seguro y de excelente calidad. Existen algunas prioridades a la hora de utilizar anteojos de protección en la actividad industrial.

Prioridades.

Entre las prioridades que deben tenerse en cuenta en el uso de anteojos de seguridad se encuentra la observación de calidad y material de confección. Es de gran importancia considerar que el profesional no debe perder calidad en la visión cuando utiliza elementos de seguridad. La buena calidad del anteojo de seguridad debe permitir que la vista siga percibiendo de manera eficiente todos los detalles relacionados con la manualidad que se esta realizando. No debe perderse la precisión de actividades laborales y lo detalles que se necesitan en el manejo de herramientas y elementos de trabajo. Las situaciones relacionadas con baja visión deben ser solucionadas rápidamente para asegurar un buen rendimiento del trabajo y minimizar riesgos laborales. Cuando el trabajador observa deterioro o mala calidad en el elemento debe informarlo inmediatamente. En los casos de roturas fallas de fabricación o detalles que impidan una correcta visión, lo indicado es reemplazar el material.


Características.

Los anteojos de seguridad modernos se construyen bajo diferentes materiales, uno de los mas optimizados por el bajo peso y calidad son los de policarbonato. El peso del elemento era una de las principales causas por las cuales el profesional sentía incomodidad en su utilización. Además de las características de material, el anteojo debe tener protección en los laterales y en el mejor de los casos patillas ajustables. Para mejorar la visión en el lente después de uso continuo, muchas marcas aplican a sus productos tratamiento antiraya; de esta manera se optimiza la vida útil del producto y el rendimiento en la visión del trabajador. Las características de fabricación de los elementos de trabajo también deben responder a normas de calidad ya que el correcto desempeño del producto influye en gran medida en la buena performance de la tarea laboral. Además de las capas protectoras que se aplican para los tratamientos antiraya, es importante de acuerdo a la actividad que se realiza asegurar la protección contra rayos UV y una visión panorámica sin obstáculos.

www.seguridad-e-higiene.com.ar

martes, 18 de octubre de 2011

La evasión de riesgos y la seguridad industrial


Los peligros están asociados a riesgos y probabilidades, y éstas a su vez se asocian con lo desconocido. En tal sentido, tan pronto como se elimina el elemento desconocido, el problema ya no está en el campo de la seguridad e higiene industrial. Por ejemplo, ¿qué sucedería si alguien se pone al frente de un automóvil en movimiento intencionalmente? Posiblemente la muerte o lesiones muy graves. El caso planteando no es un acto inseguro, sino más bien un acto suicida. Sin embargo el hecho de trabajar en la reparación de una carretera y ser golpeado por un vehículo en movimiento sin intención, se convierte en un asunto de seguridad. Los trabajos sin contar con la señalización y elementos de seguridad necesarios están expuestos a la ocurrencia de accidentes durante su desarrollo. No se puede decir con certeza que los trabajadores sufrirán un determinado daño, sino que hay una probabilidad, se presenta entonces el elemento desconocido.
Trabajar con lo desconocido hace difícil la tarea de la seguridad e higiene industrial. Si se realiza una inversión importante en la mejora de las condiciones de seguridad e higiene en el trabajo ¿cómo se podrá demostrar que la inversión valió la pena? En determinadas ocasiones, las estadísticas relacionadas a la disminución de lesiones y enfermedades laborales, las pueden respaldar en parte, sin embargo en otras ocasiones, éstas pueden parecer no determinantes ya que nadie sabe lo que las estadísticas habrían mostrado si no se hubiera realizado la inversión.
Dado que la seguridad e higiene industrial trata con lo desconocido, no existe una receta que pueda indicar los pasos para eliminar los riesgos en el trabajo, sino conceptos y enfoques para reducirlos de forma gradual.
Todos los enfoques tienen algún aporte importante para la reducción de la exposición de riesgos a los cuales están expuestos los trabajadores. Aprovechando aspectos relevantes de cada enfoque, la seguridad e higiene industrial trata de emplearlos de la manera más adecuada y efectiva posible en su labor cotidiana.
http://seguridadindustrialapuntes.blogspot.com

jueves, 13 de octubre de 2011

FACTORES DE RIESGO PSICOSOCIALES


EL CONCEPTO DE RIESGOS PSICOSOCIALES
Los riesgos o "factores de riesgo" psicosociales se han definido por la OIT (1986) como "las interacciones entre el contenido, la organización y la gestión del trabajo y las condiciones ambientales, por un lado, y las funciones y necesidades de los trabajadores, por otro. Estas interacciones podrían ejercer una influencia nociva en la salud de los trabajadores a través de sus percepciones y experiencia".
En los factores de riesgo psicosocial, según coinciden en señalar diversos expertos, tales daños podrían no llegar a darse o si se dan serían leves o fácilmente reversibles de ahí que algunos prefieran la definición dada por Cox & Griffiths (1995) que los definen como "aquellos aspectos de la concepción, organización y gestión del trabajo así como de su contexto social y ambiental que tienen la potencialidad de causar daños físicos, sociales o psicológicos en los trabajadores" . Los factores de riesgo psicosocial estarían, por lo tanto, más ligados al objetivo de alcanzar un bienestar personal y social de los trabajadores y una calidad en el trabajo y el empleo que a la clásica perspectiva de la seguridad y salud en el trabajo de evitar la producción de accidentes y enfermedades profesionales.
La exposición a estos factores está íntimamente ligada con la experiencia del estrés que podría ser definido como "un estado psicológico que es parte y reflejo de un proceso de interacción entre la persona y su entorno laboral". Sería "el resultado de una exposición a una amplia gama de exigencias o demandas laborales que pueden contribuir igualmente a una amplia gama de consecuencias para la salud del trabajador. Es un enlace entre los potenciales riesgos y los daños para la salud".
Otros autores hablan del estrés como "el conjunto de reacciones emocionales, cognitivas, fisiológicas y del comportamiento a ciertos aspectos adversos o nocivos del contenido, la organización o el entorno de trabajo. Es un estado que se caracteriza por altos niveles de excitación y angustia, con la frecuente sensación de no poder hacer frente a la situación".
El concepto de estrés, sin embargo, no siempre tiene para todos los expertos un valor negativo. "Determinados tipos o niveles de estrés cumplen funciones positivas de estímulo y desarrollo y del mantenimiento de la buena forma ante las situaciones de cambio e incertidumbre en las que hay que desenvolverse", sin embargo el estrés "se ha investigado como fuente de efectos negativos para el bienestar psicológico y por lo tanto se ha investigado sobre todo en su vertiente de "distress" coincidiendo de esta forma con el terreno propio de los llamados factores de riesgo psicosocial.

Fuente: www.arearh.com

martes, 4 de octubre de 2011

La seguridad en la soldadura



Trabajar con soldadura conlleva una serie de riesgos para la salud y para la seguridad personal, por esto que hay que tener sumo cuidado al momento de su ejecución.
Por su propia naturaleza, la soldadura produce humos y ruido, emite radiación, hace uso de electricidad o gases y puede provocar quemaduras, descargas eléctricas, incendios y explosiones, proyecciones de partículas a los ojos, etc.

Existen varios tipos de soldaduras, entre ellas se encuentran:

Soldadura por arco, a gas, por resistencia, por rayo de energía, de estado, sólido entre otras.

Cuando se trabaja con soldadura es necesario tener en cuenta medidas de seguridad que protejan tanto la cara como el resto de cuerpo y para ello se deben tener los siguientes elementos:

Gafas o pantalla de protección facial adecuadas al tipo de soldadura específico o al corte, guantes de cuero, delantal de cuero, calzado de seguridad homologado, mandil de cuero, polainas (prenda de abrigo que protege la pierna desde la rodilla hasta el tobillo).

Pero es necesario tomar otros tipos de medidas de seguridad al trabajar con soldadura, como :

Vigilar donde caen las chispas o material fundido, el lugar de trabajo debe estar situado en un lugar bien ventilado, con suficiente movimiento de aire para evitar la acumulación de humos y gases tóxicos o las posibles deficiencias de oxígeno. Cuando el lugar de trabajo no tenga estas características de ventilación natural será obligatorio soldar con un sistema de ventilación forzada.

Al soldar o cortar plomo, zinc o aleaciones con cadmio o plomo se tomarán precauciones contra los gases, con ventilación forzada adecuada y respiradores si es necesario. Estas son las más comunes medidas de seguridad que se deben tomar, claro está que todo dependerá del tipo de soldadura a utilizar.

Es importante saber manejar las soldaduras con las que se trabaje y tener en cuenta que siempre se deben tomar medidas de seguridad antes de comenzar con esta labor.

lunes, 3 de octubre de 2011

ARGENTINA: MAQUINISTAS DE TREN


Víctimas olvidadas. En la Argentina los maquinistas de tren protagonizan una triste estadística. Atropellan y matan a decenas de personas a lo largo de su vida laboral por accidentes y suicidios. Por eso el gremio que los agrupa reclama que el estrés postraumático que les provocan estas situaciones sea reconocido como una "enfermedad profesional".

"¿Ves aquella persona? Está cruzando y no miró ni se fijó si venía el tren. Cruzó sin mirar", relata un maquinista, mientras cumple con su trabajo.

Así es la vida cotidiana de los conductores de trenes en la Argentina, especialmente en Buenos Aires y sus alrededores. Constantemente se enfrentan a la dramática situación de estar al borde de atropellar a un peatón o a un vehículo. La imprudencia ajena y también los suicidios los han convertido en lo que el gremio de conductores ha definido como "los verdugos inocentes".

"En 30 años de servicio arrollamos aproximadamente un promedio general de 30 personas, hasta que nos jubilamos. Ya algunas veces esto se nos hace normal. Esto es de todo los días", dice el secretario general del Sindicato La Fraternidad, Omar Maturano.

Cualquier conductor de estos vehículos puede dar testimonio de lo que significa el momento en el que se da cuenta de que inevitablemente va a matar a alguien. Tener que resignarse ante la imposibilidad de frenar una máquina que viaja a 70 u 80 kilómetros por hora con más de 1.000 personas a bordo.

"Estamos remolcando entre 500 y 700 toneladas y es muy difícil frenar el tren en milésimas de segundo. Así que la impotencia que uno siente en ese momento es inexplicable", dice el maquinista Juan Collavino.

Collavino recuerda su primer suceso cuando atropelló a dos niños de dos y cuatro años que cruzaban descuidadamente las vías.

"Desgraciadamente no pudimos evitar el accidente. Los vimos a los pibes, tocamos bocina, todo; hicimos lo imposible, pero el accidente se produjo. Así que se me había hecho que había matado a un hijo. Tuve un par de días sin poder dormir, sin poder conciliar el sueño. Y ni siquiera tenía ganas de trabajar", recuerda.

Los ferroviarios de todo el mundo se ven expuestos a este tipo de situaciones. Pero la capital argentina y sus cercanías cuentan con una red de siete líneas y más de 800 kilómetros, con pasos a nivel y barreras, en una de ciudad densamente poblada. Esto eleva la frecuencia de los siniestros. De hecho, la cantidad de muertes por accidente en vías férreas duplica en Buenos Aires al número de suicidios.

Recientemente, once personas perdieron la vida cuando un ómnibus de pasajeros cruzó un paso a nivel que tenía la barrera baja.

El Gobierno ha anunciado en varias oportunidades el soterramiento de esa y otras líneas que atraviesan populosas zonas de la capital argentina. Pero se trata de proyectos muy complejos y costosos que siguen demorados.

Mientras aguardan la concreción de estas obras, el reclamo más inmediato de los maquinistas es que el estrés postraumático pueda ser considerado una "enfermedad profesional", que les permita obtener una pensión por discapacidad a aquellos trabajadores que no están en condiciones de retomar sus tareas.

"Los síntomas pueden ser trastornos de la alimentación, trastornos del sueño, trastornos de la sexualidad. Ahora, cuando es a lo largo de la vida de trabajo va generando daño en los grandes órganos, básicamente lo que produce es enfermedades cardíacas", explica Pablo Garaño, de la Red de Riesgo Psicolaboral.

Los síntomas varían de una persona a otra. Pero los especialistas coinciden en que, lejos de endurecerlos, la suma de arrollamientos convierte a los conductores de tren en gente cada vez más frágil, psicológicamente vulnerable.

Cuando un tren atropella a un peatón o a un vehículo, el maquinista suele ser uno de los protagonistas olvidados. Si no tiene daños físicos, ni siquiera es contabilizado entre las víctimas.

Mientras tanto, la persona que transporta a miles de pasajeros convive con el temor permanente de que cada día puede volver a ser un “verdugo inocente”.